Por: José Bermúdez Hindemburg.
"En este momento, la Iglesia necesita un guía que tenga fuerza para traer grandes cambios al mundo. Que busque la conciliación con todos. Que tenga para todos, amor y capacidad de comprensión.
"En este momento, la Iglesia necesita un guía que tenga fuerza para traer grandes cambios al mundo. Que busque la conciliación con todos. Que tenga para todos, amor y capacidad de comprensión.
Pido perdón
al Señor por lo que estoy a punto de hacer. Y no sé si sabrá perdonarme. Pero
tengo que hablar al Señor y a vosotros con sinceridad: Estos días he pensado
mucho en vosotros y por desgracia he comprendido que no me veo capaz de
desempeñar el cargo que me ha sido confiado. Me siento entre aquellos que no
pueden conducir a la gente, sino que deben ser conducidos. En este momento tan
sólo puedo deciros que recéis por mí. El
guía que vosotros necesitáis ahora no soy yo. Lo siento, pero no puedo ser yo." *
El 26 de agosto de 1978 se eligió al cardenal Albino
Luciani como el 263er sucesor de Pedro en la tierra. Se hizo llamar Juan Pablo
I. El papa de la sonrisa. Todavía no entronizaba en la cátedra de Pedro cuando
ya había instaurado cambios, rechazaría la coronación y la tiara papal en la
ceremonia. Esto iba en contra de la Constitución Apostólica proclamada por su predecesor.
Los aires que su novísimo pontificado llevaban un gran dejo de reformas y
cambios. Y a la Iglesia Católica Apostólica y Romana nunca le han gustado los
cambios. Treinta y tres días después de la fumarola blanca sobre la capilla Sixtina,
Juan Pablo I regresó a la casa del padre, terminando así el cuarto pontificado
más breve de la historia. Desde entonces, se han levantado múltiples hipótesis
en torno a su muerte. La santa sede, en un comunicado, afirmó que falleció de
un infarto en su cama. Pero las palabras que había plantado como pequeñas
semillas en el corazón de los fieles, probablemente, le comenzaban a cavar una
tumba que ya no tardaba en ser estrenada. Una de sus más polémicas
declaraciones fue la que hizo acerca de la homosexualidad y las uniones entre
parejas del mismo sexo:
“Debemos
encontrar el gran coraje dentro de nosotros, dejando de lado el prejuicio y el
odio que ha sido implantado por nuestros antepasados cristianos, y debemos
sostener esta clase de unión santa, en la confianza santificada ante Dios
Todopoderoso siempre que esto exista entre cualquiera de los hijos de Dios:
entre el hombre y la mujer, o blanco y negro, o cristiano y judío, o creyente e
incrédulo, o alemán y ruso, o derecho y plebeyo, o virgen y divorciado, o
hombre y hombre, o mujer y mujer, o hermafrodita y eunuco, o lo que sea.”
De lo anterior podemos destilar una sola premisa: La
Iglesia Católica, en ese momento, no estaba lista para un cambio tan profundo que
implicaba defender la propia razón incluso si íbamos en contra de nuestro
padre, pareja, político, o Dios. Así lo dijo Juan Pablo I, el papa “Gay
Friendly”.
Han pasado 33 años desde aquel pontificado que
terminó en desgracia. Su sucesor, el Beato Juan Pablo II dejó de lado las ideas
de Luciano y regresó a los aires del incienso consagrado. No por esto no
propuso un gran cambio en el mundo del siglo XX, pero fuera de eso, el espíritu
revolucionario de Albino terminó por consumirse igual que un pabilo olvidado.
Año 2011 y la Iglesia sigue sin comprometerse a
grandes cambios. O al menos, el filme “Habemus Papam” de Nanni Moretti
(Francia, Italia 2011) es lo que nos trata de decir con su ¿y qué hubiera
pasado si...? El filme es una retrospección a la semana que siguió a los
funerales del Beato Juan Pablo II. ¿Qué hubiera ocurrido si Ratzinger, el
predilecto para ocupar la silla de Pedro el Apóstol, hubiera sido ensombrecido
por la elección de un cardenal ignoto para la mayoría de las personas? Y que
este nuevo papa, al momento de dar la bendición Urbi et Orbe sufriera un ataque
de pánico, ¿qué ocurriría?
A Moretti se le antojó plasmar en el celuloide un
filme en el que el recién electo papa sufriera una crisis existencial que lo
llevaría a huir de las murallas vaticanas (y quizá de un psicoanalista ateo) por
tres días. En estos tres días se fijaría como meta recordar. Recordar aquello
que quiso ser y por alguna razón no pudo. Encontrar una razón, un gancho del
que quisiera pender el resto de su vida. Después ya regresaría con una mente
más clara, aireada y fresca.
No es un filme en el que predominen los sarcasmos,
ironías e imágenes caricaturizadas de la curia romana, es en cierto modo, vista
desde un punto neutro que da una especial cabida a la percepción propia del
cine espectador. Sin duda, una película que vale la pena ir a ver a los cines,
y justo saliendo de la sala, ponernos a meditar sobre el mensaje.
Y sí, como dice la esperanzadora canción de Mercedes
Sosa, incluida en el film:
“Cambia,
todo cambia.”
Trailer y Ficha Técnica
Trailer y Ficha Técnica
Título original: “Habemus Papam”
Director: Nanni
Moretti
Actores: Nanni
Moretti, Michel Piccoli, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Margherita Buy
Guionistas: Nanni
Moretti, Francesco Piccolo, Federica Pontremoli
Año: 2011
Duración: 102 min
País de
producción: Francia / Italia
Jose te felicito, muy interesante tus comentarios.
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