domingo, 4 de julio de 2010

Recuento de daños...

Queridos lectores, no le hagan caso al título...al menos no por ahora. Ha acabado mi primer semana de prácticas en el Hospital General Regional Jose Vicente Villada #220 del IMSS (que largo nombre!), todo ha cursado en buen estado...

El dá 29 fue el primer día que ingresé al servicio de Traumatología presentanto yo, masculino de 17 años nerviosismo al que se le adjuntaba un dolor abdominal que hizo necesaria la administracion de una gragea de butilhioscina....para relajar el musculo liso de la pared gastrointestinal.

Intenté presentarme con alguna enfermera de alto rango lo cual no fue posible porque no habia jefe en trauma...-Hola, soy estudiante de enfermería y vengo a apoyar en lo que sea necesario, Me presenté con una enfermera de aspecto impecable que se llama Alicia (creo...) Se me indico que tomara signos vitales a los pacientes pero antes de que pudiera ejecutar la maniobra se nos condujo -a mi y a dos colegas- a un reconocimiento del área.

Ingresé al primer cubiculo de pacientes algo nervioso pero he de aclarar que estaba nervioso por el contacto con nuevas personas no porque no me supiera las maniobras necesarias. -Buenas tardes...Me llamo José y voy a ser su enfermero. Cualquier cosa que se le ofrezca me avisa. ¿de acuerdo? Bien, ahora le voy a checar la presion y su temperatura para ver como evoluciona...

Citaba aquellas palabras que el profesor de enfermería propedeutica habia pronunciado cuando practicaba con los maniquies del laboratorio en el colegio...esas palabras bastaban para que los necesitados pacientes cooperaran y confiaran en el personal, en este caso, en mi.

En el piso hay aproximadamente 46 camas, tomé presion arterial, temperatura, frecuencia cardiaca y respiratoria a 24 pacientes en el primer día. Había utilizado dos horas de mi turno para practicar aquello que se aprendía en el primer curso y que no tenia algo que ver con las practicas quirurgicas que nos disponiamos a llevar a cabo.

La administración de medicamentos es simple, solo antibioticos de amplio espectro y analgésicos. Cefotaxima y Ketorolaco eran los más comúnes...son, en realidad. Hay poco personal en el piso y aquel día la noticia (porque estoy cási seguro que no era chisme) de que un enfermero del turno nocturno había caido e paro cardiaco y sucesiva muerte cerebral que se expandía por todo el hospital hacía que las enfermeras de base dejaran de hacer su trabajo para ir a escuchar aquella triste noticia.

El primer día de práctica fue algo no tan sencillo, tuve que disimular yo, como buen actor que estaba todo bien aunque sentía que me apuñalaban el estomago de cuando en cuando...al final, una compañera "soltó la sopa" con Alicia, otra butilhioscina se me fue indicada pero no me la tomé...El primer día habia terminado.

Los días subsecuentes fueron parecidos, ya no estuve con la impecable enfermera porque descansaba; estuve acompañando y asistiendo a una enfermera de aspecto fuerte, que no habla mucho y que se preocupa como una madre por sus compañeros/colegas. Magda.

Pero algo faltaba, necesitaba hacer algo, antes de ingresar a practicas me había propuesto algo, revisar electrocardiogramas...¡Era aquello lo que necesitaba! Solo había visto un monitor en urgencias que claramente mostraba un aleteo auricular, pero necesitaba más...

El día viernes mientras auscultaba los ruidos cardiacos a una paciente con demencia senil me percaté que tenía un ritmo irregular, pregunté si ya le habian hecho un electrocardiog´rama y me lo negaron. "Todo el mundo miente" pensé al igual que House y en efecto así habia sido, doblado de forma cuidadosa en el expediente clinico de doña Carmen No. C-307 estaba un electrocardiográma de doce derivaciones. Como cuando algun buscador de tesoros encuentra un cofre lleno de oro, asi de grande era mi felicidad! Lo extendí y pensé: Frecuencia, Ritmo, Eje, Hipertrofia e Infarto.
Observé por unos instantes aquel trazo...aquella paciente tenía un Aleteo Auricular pero teníaque cotejarlo con alguien, cuestioné a Magda sobre aquel fenómeno y y no supo que decir; solo me mando son otra enfermera que se encontró en la misma situación. No me quedaba otra opción mas que preguntarle a algun medico, en ese momento tres internos discutían algo que yo ignoro porque estaba planteando la forma de dirigirme a alguno de aquellos...directamente, cuando una interna se levantó de su asiento le pregunté: -Este es un aleteo auricular, ¿verdad? Como si fuese el primero que hubiese visto, alertó a los demás internos que se acercaron al momento, evaluaron el trazo y se convencieron de que era un Aleteo Auricular, me agradecieron por notarlo y se dispusieron a seguir en su trabajo...Estaba más feliz!

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