viernes, 7 de mayo de 2010

Los Cazadores de Microbios - Paul de Kruif

Imagen obtenida de http://erkoreka.files.wordpress.com
- Mami, ¿Porqué no puedo comer con las manos sucias?, ¿Porqué dices que hay bichitos? ¿Les has visto?¿Porque?...eh...¿porqué?

Cuestiones infantiles que hoy aún son difíciles de responder a un niño pequeño, pero si no tenemos palabras para explicarlo simplemente tomamos nuestra portátil y bajamos una presentación de Power Point de la Internet para probar al condenado niño de las manos sucias la existencia de bichitos que nos pueden hacer enfermar.

Pero hace dos siglos, ¿Cómo respondía un padre a su hijo la causa de su dolor de estomago, de la gripe o bien de la tuberculósis?
Bueno, mientras se persignaba el señor y miraba al cielo suplicante murmuraba asustado pero seguro de su premisa "Porque malos espiritus le han golpeado el alma" (!) entonces el infante sin más ni menos se alejaba hacia su habitación para jugar y continuar con su finita existencia en el mundo de los malos espiritus.

Pero de cuando en cuando a través de la historia, tal vez, el regulador divino ha permitido que revolucionarias mentes cuestionen el verdadero porqué de las cosas, cuestiones que hoy presente son un tanto supérfluas (léase arriba) antes, el camino de una mente revolucionaria era oscuro y pantanoso donde uno se andaba a tientas para concluir una premisa -teoría-

-Mami, ¿Me compras un microscópio para mi cumpleaños?
-¡Claro que si! En tu cumpleaños lo tendrás...

¡Que fácil es ahora! Recientemente (antiér) leí en una revista científica (véase NG) el chúsco dato de que en un futuro, probablemtente un aparato de reconocimiento de código de barras genético será pedido por niños para navidad, algo así como un instrumento que hoy, 2010, es "tecnología de punta".

Pero me he ido a la tangente del tema. Hace un poco más de dos siglos un afanoso hombre conserje de alguna comisaría hubiera estado encantado en pedirle a su madre un microscópio, pero la historia no es asi.

-Hola, no me gusta hablar mucho con la gente, soy conserje de la casa consistorial de Delft; vendo además telas y paños en mi domicilio, y por cierto he investigado microbios con mis propios aparatos. Asi es, microscópios marca Lewenhooek.

Podemos imaginarnos a aquel Anthony de larga cabellera y desconfiados ojos presentandose con la nueva señora del pan; pero una vez mas, la historia no fue así.

Anthony se dedicó a observar a los microbios (bichitos, como los llamaba él) con en mismo fervor con el que una monja contemplativa de claustro ora al señor crucificado.

Agradezcamos a María, la hija de Lewenhooek, el cuidado del padre de la microbiologia. Si ella no hubiera estado al lado de nuestro un tanto tocado Anthony, este hubiera probablemente muerto de hambre al no querer descuidar ni por un segundo a sus bichejos.

Anthony Van Leweenhooek. Primer cazador de microbios, Padre de la microbiología y de lo que pueda ser visto bajo la lente de un microscópio. Tres hurras!!!...!!!...!!!

El libro "Cazadores de Microbios" nos muestra historias así, con un lenguaje ligero sin formalismos y complicadas fórmulas de tratados científicos y que aunque se habla de estas, el lector puede comprender el trabajo, al cazador determinado y a las abnegadas pero fuertes esposas y ayudantes que estuvieron a lado de los cimentadores de la microbiologia y sus ramas actuales.

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