"Nunca despiertes a un dragón dormido" |
Ya estaba “entrado en años” o “algo
grandecito” cuando leí por primera vez un libro de Harry Potter. Cursaba, por
entonces, el segundo año del bachillerato junto con mi amiga Luz, quien mucho
antes que yo, ya había conocido al chico de la cicatriz con forma de rayo en la
frente y a sus dos amigos (Ron y Hermione), los cuales, curiosamente, al igual
que nosotros dos, se la pasaban discutiendo “inocentemente”.
En una de estas discusiones salió a
flote el tema de los libros de Harry Potter. Dos segundos de charla y yo ya
mostraba mi más reverendo y solemne escepticismo ante la franquicia, no solo de
libros, sino de películas y farándula. Lo triste del caso era que yo jamás
había hojeado, siquiera, alguno de los tomos. “Sí, sí, Luz, lo que digas,
lo-que-digas...”
Diferentes cubiertas del HP y la Piedra Filosofal |
Llegué a mi casa y de súbito apareció en
mi mente la idea de un niño que recibe una carta en la que es informado de que
es un mago: Harry Potter... Tomé el ordenador y busqué el libro 1 en formato
digital. Al encontrarlo lo descargué y lo metí en un aparato (así, tipo Kindle
pero en chafamex) para comenzar a leerlo y una vez que leí la primera página no
pude detenerme hasta llegar al final en donde me sentí recogido en una paz
absoluta, delicada y sobrecogedora. Sentía que había visitado realmente
Hogwarts, y que había andado detrás de Harry, Ron y Hermione por los pasillos,
además de haber volado en escoba durante un partido de quidditch y de haber sido fulminado por la fría y bestial mirada de
Lord Voldemort.
Aquella noche me costó trabajo dormir.
¿Qué pasaría en el siguiente libro? Sabía que existían siete libros publicados.
Sin duda, al día siguiente, descargaría el libro dos en mi aparatito para
leerlo apenas tuviera un rato de tiempo libre. ¿Qué creen? No llegó el tiempo
libre, no tenía, estaba en la mitad de un semestre y los trabajos llovían por
todas partes, sin embargo, el misterio que guardaba La Cámara Secreta fue mucho
mayor a mi sentido (dizque) de responsabilidad, y terminé, así, leyendo los
siete libros de J.K. Rowling en un tiempo aproximado de seis semanas. Un récord
personal.
“Sí, Luz, sí, Harry Potter esto, Harry
Potter lo otro, ¿te imaginas a Harry Potter?”
En este caso, la que quizá se hartó de
escucharme hablar a todo momento del niño mago fue mi amiga Luz, quien frenó mi
obsesión con este personaje cuando yo ya estaba totalmente decidido en comprar
un par (obviamente en mercado libre) de varitas mágicas como las que vendía
Ollivander.
“Sí, Luz, es que el envío sale más
barato y yo quiero la mía”, le dije.
“No, cómo crees, eso ya es mucho”, me
replicó.
“Anda, así cuando seas grande, la verás
y recordarás...”, insistí.
“¡No!, pena me va a dar... cuando la vea”,
concluyó.
Desde entonces quedó marcada en mi mente
la bella historia de Harry Potter, y a esta, la llevaré siempre en un lugar muy
especial dentro de mí.
*
* *
"Sólo la imaginación puede atravesar el andén 9 3/4" |
Ya pasaron dos años desde que conocí al
niño que vivió, y hace dos semanas, de pronto sentí la necesidad de releer esos
libros, y ahora sí, como buen ciudadano, compré el primero: Harry Potter y La Piedra Filosofal, de
J. K. Rowling.
Antes mencioné que los libros de Harry
Potter ocupan un lugar muy especial dentro de mí, o que son obras a las que
quiero mucho. ¿Cuál es la razón?... Bueno, una de estas es que, para mí,
aspirante a escritor, es una muestra de lo que la perseverancia es, puesto que
Rowling, habiendo finalizado el primer libro después de cinco años desde que la
idea se le vino a la mente, en un viaje en tren, siguió adelante con su anhelo
de que Harry Potter viera la luz de los estantes, tocando puertas y buscando
agentes literarios a pesar de que doce editoriales ya habían rechazado el manuscrito.
Después de un largo camino de insistir e insistir, en 1996, la editorial Bloomsbury Publishing resolvió publicar el
libro.
Pero... ¿de qué trata el primer libro?
La trama es sencilla, claro, sin
embargo, el realismo y la profundidad inyectados, principalmente en los
personajes, y en seguida, en los escenarios hacen que uno se sienta rodeado de
muros de castillo de los cuales penden antorchas.
J. K. Rowling, creadora del mundo de Harry Potter. |
Trata de Harry Potter, hijo de James y
Lily Potter; ambos asesinados un día de halloween, once años antes de que su
hijo se enterara de que durante todos esos años sufridos en casa de sus tíos muggles, había sido siempre un mago. ¡Y
qué mago! Harry Potter era el mago que había logrado derrotar al más temido de
los magos oscuros: Lord Voldemort. Y ahora tenía que ingresar en el Colegio
Hogwarts de Magia y Hechicería en donde aprendería, vería, comería, olería y
temería aquello que jamás imaginó.
Allá fue Harry, el niño que vivió, a
Hogwarts, el lugar en donde conocería a dos amigos con los que, por fin, podría
platicar aventuras o compartir ranas de chocolate. Aquello que deseó en un
pasado se hacía realidad. ¡Tenía amigos! Ron y Hermione... pero no todo era algodón
de azúcar en el colegio. Canturreaba por allí el pálido de Malfoy, enemigo
tácito (y a veces no tanto) de Harry; y entre sombras también, asechaba desde
la lejanía el señor oscuro: Lord Voldemort...
Hace once años, una fuerza desconocida
hizo que Harry diluyera a Voldemort como humo en el aire... pero no murió,
nunca fue tan humano como para morir. La prueba ahora es impedir que se apodere
de la Piedra Filosofal porque si eso pasara, quizá Harry no correría tanta suerte,
ni tampoco el mundo mágico.